Indisciplina en el aula

Indisciplina en el aula

¿Qué es la indisciplina?
Se consideran actos de indisciplina todas las acciones, palabras, actitudes, gestos y reacciones que contrarían las normas disciplinarias vigentes en un centro de enseñanza, o que representan atentados contra la moral, la autoridad, el orden, el espíritu y las tradiciones de la institución.

Existen dos tipos de indisciplina.
Indisciplina activa: Es aquella que fácilmente se puede detectar (gritos, inquietud, peleas, falta de respeto, etc.) y se puede corregir cuando los alumnos se involucran en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Indisciplina pasiva: Es aquella que se produce cuando el alumno muestra apatía por la actividad que se le solicita y no participa en su realización.


Una de las posibles clasificaciones respecto a los factores determinantes de una conducta indisciplinada estaría formada por las siguientes cuatro categorías (González Blanco, 1995; Rodríguez y Luca de Tena, 2001):

a. Comportamiento del alumno
Cada alumno tiene unas características individuales que deben tenerse siempre presentes a la hora de analizar las posibles causas que desencadenan las conductas disruptivas, que podemos clasificar en: causas afectivas (inseguridad, falta de cariño, rechazo...), causas de adaptación (dificultad de integración en el grupo clase, aislamiento, agresividad, no aceptar los valores educativos, marginación...) y causas académicas (dificultades de aprendizaje, rendimiento bajo, fracaso escolar continuado...)

b. Comportamiento del profesor
Es importante recordar el carácter interactivo de la situación de aula, así como la necesidad de que el profesor desempeñe su liderazgo de forma adecuada. El profesor debe establecer una relación con sus alumnos que posibilite el aprendizaje y los anime a la autodirección, pudiendo ser por tanto causa de conflicto debido a sus características personales, docentes o a su forma inadecuada de entender la disciplina y dirigir el aula. Pueden generar conflicto diferentes aspectos de su comportamiento:

  • Vulnerabilidad psicológica: Algunos profesores por su estructura de personalidad son incapaces de enfrentarse a las situaciones conflictivas desarrollando niveles de ansiedad elevados que conlleva sentimientos de inseguridad y falta de control de sus emociones negativas (nerviosismo, miedo, agresividad, etc.) y de esta forma se enturbian y dificultan las relaciones con sus alumnos.
  • Relaciones interpersonales en el aula: Un clima humano favorable en la clase mantiene el deseo de aprender del alumno y la implicación necesaria para lograr un aprendizaje significativo.
  • Capacidades pedagógicas: Todos somos conscientes de que las clases monótonas, aburridas, carentes de recursos didácticos, poco atractivas, hacen difícil que el alumno mantenga su interés y atención aumentando las dificultades de control del proceso de enseñanza- aprendizaje. Un buen docente ha de ser capaz de desempeñar el papel de mediador social.
  •  Modelo de liderazgo: Tradicionalmente desde los estudios de Lewin, Lippitt y White (1939) se establecen tres formas de entender la autoridad en función del grado de control que se ejerce sobre los alumnos. Los profesores autoritarios establecen reglas y normas de forma impositiva y no están dispuestos a la negociación o explicación sobre su necesidad. Los profesores liberales no establecen normas, actúan de forma permisiva y carecen de control del grupo. Los profesores democráticos establecen las normas a través de la negociación, se basan en la explicación de su necesidad y en el diálogo, logrando de esta forma una mayor implicación personal de los alumnos en su cumplimiento.
c. Características de la institución escolar
La propia institución escolar puede ser responsable de generar niveles altos de ansiedad en los alumnos y actitudes de rechazo ante cualquier normativa disciplinaria como sería en caso de implantar normas inadecuadas o incoherentes, falta de coordinación entre los profesores del centro en temas referentes a la disciplina, infracciones de los propios docentes en el ejercicio de su actividad (retrasos, absentismo, falta de interés o dedicación, etc.) o sistemas de evaluación inadecuados.
d. Factores extra escolares o sociales
En muchos casos las causas de los conflictos se deben a factores sociales externos al propio ámbito escolar como la situación socio económica familiar, las condiciones del barrio, los grupos de amigos (pandillas adolescentes), los medios de comunicación, marginación, droga, etc.

La indisciplina afecta en el mal comportamiento, además de ser un rasgo peculiar de algunos alumnos, tiene consecuencias negativas para los demás compañeros, quienes se ven amenazados en su integridad física así como en su derecho a estar en un ambiente ordenado y relajado en tanto el compañero permanezca en su aula. Representa un mal ejemplo para el resto del grupo. El orden y el trabajo del resto no únicamente se ve amenazado al tolerar el mal comportamiento de algunos alumnos, sino que se corre el peligro de que otros compañeros se “dejen influir” y se generalice una situación de desorden en el aula.
















2 comentarios:

  1. Muy bueno tu articulo, felicitaciones es verdad igualmente los padres son indispensables para el proceso.

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